La diferencia estriba en qué lado del cambio nos situamos.

Nada permanece estable, el cambio es continuo, cada segundo es diferente y somos diferentes al anterior.

Hay una primera regla importante para lidiar con este cambio continuo, y es, ser consciente de ello y aceptarlo. Una vez dado este paso, viene otro paso importante, y es decidir la postura y actitud que tomamos en este entorno.

Una primera opción es dejar que las cosas pasen, es una postura que parece en principio más cómoda y fácil, aunque normalmente, aquellos que toman esta postura no solo no se sienten satisfechos con el resultado, sino que además culpan a otros y hacen que el ambiente de su entorno sea desagradable e insano.

“La segunda opción es hacerse responsable de aquellas acciones que estando en nuestras manos, nos acercan a la dirección que preferimos que se encaminen los cambios. A veces, incluso elegimos una dirección, que aunque no sea del todo de nuestro agrado, es la única que nos abrirá las puertas de la dirección más deseada.”

Esta opción aunque es normalmente más difícil y requiere de un esfuerzo mayor por nuestra parte, es la que nos hace sentirnos satisfechos en la vida.

Es inevitable que nuestro inconsciente actúe en la autovaloración de nuestras acciones.

El cambio proactivo es aquel en el que dedicamos un tiempo a reflexionar sobre el dónde estamos hoy, a dónde queremos dirigirnos y qué debemos hacer para pasar de un punto a otro.

“El camino para llegar suele ser largo y con dificultades intermedias, es lo normal y debemos, no solo tenerlo claro, desde un inicio, sino además y más importante, estar preparados mentalmente para seguir adelante. Esta es la parte más difícil y la que hace que mucha gente abandone y argumente que era imposible.”

Si lo tenemos claro desde un inicio, si somos conscientes de que es un camino largo y de que surgirán dificultades, que provendrán del exterior y muchas veces de nuestro entorno cercano, de aquellas personas que prefieren no actuar y luego quejarse; estaremos mejor preparados en esos momentos complicados y seremos capaces de seguir adelante.

A veces los resultados llegan antes y otras veces tardan más, a veces los resultados son exactamente los esperados y otras aunque no lo son hacen que avancemos hacia otros caminos.

Además de ser conscientes a nivel individual, si somos responsables de equipos de los que depende y afecta este cambio, debemos transmitir la necesidad de continuidad y creencia desde un inicio y a todos ellos.

La mayoría de la gente sigue creyendo que basta describir las cosas para que ocurran.

Describir lo que queremos es solo el inicio, si no hay acción constante, las cosas cambiarán, seguro, aunque no como deseamos, sino como desean otros que están actuando de manera proactiva.

“Otra realidad que detecto en la interacción con personas y empresas, es que una vez que las circunstancias empiezan a cambiar, gracias al tesón y acciones constantes en la dirección adecuada, olvidamos los esfuerzos en el camino y asignamos los resultados a las circunstancias, de esta manera abandonamos las acciones y hábitos adecuados, y perdemos de nuevo el pilotaje de las acciones.”

Valorar los esfuerzos realizados individuales y en equipo es de vital importancia.

Para poder continuar el camino y asentar los buenos hábitos no debemos olvidar las actitudes que nos han llevado a lograr cosas, empiezan a ser parte de nuestra cultura individual y colectiva, de manera que nuestras acciones y actitud son ejemplo para nuevos participantes y para los centros de interés que nos rodean en el mercado y territorio.

Ya no hace falta decir y hablar de ello, pues nuestra acción lo muestra y esto es lo que verdaderamente trasciende. Somos producto de lo que predicamos y esto hace que ganemos confianza en nuestro interior y hacia el exterior.

Esto es parte de lo que llamamos los valores culturales de una empresa y de su equipo, hoy y siempre si alguien quiere un cambio concreto, deberá actuar de manera concreta y con acciones reales para lograrlo.

Importante también, el tener claro, que lo que más desgaste y esfuerzo produce es el comenzar las acciones, una vez en el camino, no es tanto la rapidez, sino el foco  y la constancia, y el mantenimiento en el tiempo lo que produce el habito y al experto.

Por último la confianza que genera esta actuación se hace contagiosa y suma personas en las acciones proactivas hacia los cambios deseados, por lo que con el tiempo los cambios se darán de forma más rápida y con mayor volumen en los resultados.

“Por lo tanto si queremos que las cosas cambien y además queremos que dichos cambios se alineen con nuestras necesidades y objetivos, actuemos de forma proactiva y constante en el tiempo, tenemos garantizada la tranquilidad y la satisfacción, sino siempre del resultado esperado, de estar dando lo mejor de nosotros, de estar en el camino correcto y de ser el mejor ejemplo para nuestro entorno profesional y personal”

ENHORABUENA A LOS QUE CREEN Y ACTÚAN PARA QUE LOS CAMBIOS NO LLEGUEN SOLOS SINO QUE HACEN QUE LOS CAMBIOS OCURRAN EN UNA DIRECCIÓN, CON ILUSION Y EN EQUIPO.